miércoles, 28 de septiembre de 2011

Vlad Tepes


Vlad III (nacido como Vlad Drăculea; Sighişoara, noviembre de 1431 - Bucarest, diciembre de 1476), más conocido como Vlad el Empalador (en rumano: Vlad Țepeș) fue Príncipe de Valaquia (hoy el sur de Rumania) entre 1456 y 1462. Fue un gran luchador en contra del expansionismo otomano que amenazaba a su país y al resto de Europa, y también era famoso por su manera de castigar a los enemigos y traidores. Vlad era ortodoxo, aunque con posterioridad se convirtió al catolicismo.
Vlad Draculea fue el personaje en el que el escritor irlandés Bram Stoker se inspiró para crear a su personaje el vampiro Conde Drácula. En la actualidad Vlad Țepes es considerado un héroe nacional en Rumanía.
Como su apodo Țepeș indica, tenía predilección por el empalamiento, una técnica de tortura y ejecución que consiste en introducir un palo de aproximadamente 3,50 m de longitud , por el recto, fijarlo a la carne con un clavo y después levantarlo para que la víctima muriese lentamente.
Supuestamente, entre 40.000 y 100.000 personas murieron de esta manera, o a través de otros métodos de tortura, a manos de los hombres del Empalador, durante los siete años que duraron sus sucesivos reinados: enemigos, traidores, delincuentes de todo tipo. Vlad odiaba, más que cualquier cosa, los robos, las mentiras, el adulterio, y no perdonaba a nadie por su rango; más aún, cuanto más alto era el rango del traidor, más duro era el castigo. Consiguió acabar con los boyardos decadentes de su tiempo.
Un delegado papal en la corte húngara lo describió así:
No era muy alto, pero sí corpulento y musculoso. Su apariencia era fría e inspiraba cierto espanto. Tenía la nariz aguileña, fosas nasales dilatadas, un rostro rojizo y delgado y unas pestañas muy largas que daban sombra a unos grandes ojos grises y bien abiertos; las cejas negras y tupidas le daban aspecto amenazador. Llevaba bigote, y sus pómulos sobresalientes hacían que su rostro pareciera aún más enérgico. Una cerviz de toro le ceñía la cabeza, de la que colgaba sobre unas anchas espaldas una ensortijada melena negra.

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